viernes, 22 de octubre de 2010

"JURGOL $HILENO V/S FALLIDO RECITAL DE PAUL McCARTNEY" por Gabriel Sepúlveda C.



Antes que nada, dejo en claro que el fútbol es mi deporte favorito: así estas letras no serán interpretadas como un manifiesto anti futbolístico. Simplemente no puedo entender ni creer que, por un partido entre Universidad de Chile y Colo Colo, en un campeonato prácticamente resuelto, se haya aguado la posibilidad de que los chilenos amantes de la música podamos asistir al recital que el propio Paul McCartney había ya confirmado para el 7 de noviembre próximo en el Estadio Nacional. Penoso: un clásico que se repite 5 veces al año, desde 1935, desvanece la posibilidad única, y quizá última, de escuchar en vivo a uno de los artistas populares más influyentes de los últimos siglos. ¿No podían jugar en otro estadio? ¿No podían correrlo uno o dos días? McCartney tiene 67 años y ha declarado que esta sería su última gira: el compositor de Hey Jude!, Eleanor Rigby, Yesterday y toneladas de canciones, que sobrevivirán como obras maestras durante todo lo que le reste a la humanidad en la tierra, hará, en cambio, un recital en Brasil y dos en Argentina, paises mucho más futbolizados que el nuestro. En Buenos Aires, justamente, se presentará en uno de los estadio de fútbol más importantes del mundo, como es el de River Plate… que pertenece a un club: no como el Nacional que, se supone, es de todos los chilenos. Los amantes de los Beatles merecemos una explicación ya que, con este antecedente, difícil que el socio de John Lennon, si se arrepintiera de su retiro, siquiera considere -aunque sea en una fogata- la posibilidad de cantar en este país, patéticamente controlado por un par de pelagatos llenos de dinero … insisto, dirigentes de la U, de Colo Colo, de Chile Deportes y de la ANFP: ¿qué les costaba, por la cresta, haber corrido el maldito partido?... probablemente un par de chauchas menos en sus atiborrados bolsillos. Que las divinidades musicales, pues, den cuenta de su egoísmo y pequeñez, pudriéndoles los oídos, negándoles la música en lo que resta de sus grises existencias, para que el único sonido que puedan seguir escuchando sea el de sus cajas registradoras y el de los hinchas insultándolos, por transar el espíritu de sus clubes en la bolsa, por vender sus camisetas, groseramente transformadas en publicidad de cerveza o de cecinas y por poner propaganda, literalmente, hasta en el trasero de los futbolistas. Yo, por mi parte, veré cómo me hago las lucas para ir a Argentina a cantar “Here, There and Everywhere” con el beatle Paul… y si me queda algo en la billetera, iré a ver un buen partido de fútbol… lo que es acá, en Chile, ya no más: el fútbol chileno fue, es y será mediocre: con dirigentes-mercenarios-

intransigentes-ignorantes, no es extraño que así sea.



Enrabiado hasta la médula...


Por:
Gabriel Sepúlveda Corradini

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